En un ambiente realmente especial, donde lo mismo se puede tomar un gin tonic que unas ostras, está ubicado el comedor de este restaurante que cada noche se convierte en un espacio gastronómico en el centro emocional de Barcelona, en plenas Ramblas de las flores, junto al Liceo y la Boquería, en el marco incomparable del Hotel Bagués, un cinco estrellas con mucho encanto del que pronto os hablaremos en Con Mucha Gula.
Nombre: El Regulador
Dirección: la Rambla nº 105 Barcelona
Teléfono: 93 343 50 00
Página Web: https://es.derbyhotels.com/Hotel-Bagues-Barcelona
Tipo de cocina: De mercado, con toques de fusión
Entorno: Salón multidisciplinar bellisimamente decorado Art Decó
Servicio: Diligente y eficaz
Accesibilidad: Buena
Ambiente: Todo tipo de personas, en especial turistas y clientes del hotel
Aparcacoches: No, pero dispone de dos plazas en la puerta para clientes y hay aparcamientos públicos cercanos
Precio: Precio medio, con buena relación calidad precio
Fecha visita: 24 de febrero de 2011, cena
Cocina:
Comenzamos con una de las especialidades de la casa: las Ostras del tipo bouzigue: a 3,50 euros la únidad, genaro, más grandes y sabrosas a 4,50 euros y japonesa, la más pequeña, a 1,25 euros, van acompañadas de salsa de champagne y las tomamos con cava, un entrante fantastico.
Pido algo caliente, es un reto para cualquier restaurante pedir algo que no hay en la carta, pero resuelven inmediatamente: una Crema de calabaza, con muy buena textura y sabor. Continuamos con un Tartar de ventresca con helado de wasabi (14 euros), muy bien cortado el atún, espectacular la combinación con el helado.
Seguimos con Guisantes del maresme con bacon, menta, colmenillas y vieiras a la plancha, algo duros y con poco sabor. Seguidamente tomamos un Rodaballo salvaje a la plancha salteado con mini hortalizas y emulsión de romescu (19 euros) buen punto del pescado y su guarnición deliciosa, todo muy integrado.
Nos recomiendan probar la carne de wagyu, en concreto un Entrecotte de ternera de wagyu con patatas, cebolla y panceta (23 euros), que resulta completamente espectacular, con mucho sabor, buena textura, todo muy integrado.
Finalizamos el menú con unos Buñuelos de chocolate con sorbete de pimienta sechuan deliciosos: el chocolate resulta suave y ligero, y los buñuelos muy finos.
Se acompaña el menú con un Cosmopolitan para empezar, para ver como preparan los cócteles: está delicioso; continuamos con Abdal blanc Chardonnay 2010 DO Plá de Bagés y seguimos con Tahón de Tobelos Reserva 2005 DO La Rioja, perfectos para los platos.
Observaciones:
También tienen especialidad en arroces, aunque todos los productos del mar del restaurante son exquisitos.
Calificación:
El chef Raúl Sánchez elabora una cocina bien hecha, con prioridad de platos del mar que hace de forma exquisita, pero también con las lógicas limitaciones de un restaurante que tiene que servir primero a los clientes del hotel y después al resto. Éste ha sido habitualmente el handicap de este tipo de establecimientos, aunque en este caso el restaurante tiene entradada independiente y podría contar con una cocina también libre “de cargas”: el cocinero puede asumirla y el espacio la merece.
Mientras tanto, mariscadas, arroces y carpaccios campean por sus fueros, mientras una cocina excelente intenta abrirse paso para hacer posible algo tan difícil en el momento actual: lo que se quiere con lo que se puede.
Por otra parte, cuando visitamos el restaurante llevaba abierto cuatro meses y aún le queda mucho por recorrer, pero le auguramos un buen camino.